Saturday, January 22, 2005

Hay momentos que se viven tan plenamente que sobrepasan cualquier expectativa, producen tal cantidad de energía en el cuerpo que uno podría inclinar la cabeza hacia atrás, extender los brazos y elevarse unos cuantos metros del suelo. Cuando se viven estos momentos no se duda, no se piensa, se está seguro de no querer olvidarlo jamás.