Sunday, July 08, 2007

Anécdotas de un juego de la Copa América

Tuve la oportunidad de presenciar en vivo el partido Venezuela - Uruguay de cuartos de final de la Copa América , en la ciudad de San Cristobal.
Más allá de todos los comentarios y opiniones futbolísticas, que se las dejo a los expertos, hubo dos aspectos que me siento en la necesidad de contar.

El Gol Silencioso

La palabra Gol nos hace inmediatamente pensar en un estruendo de gritos, aplausos, vitoreos, buya... mucha buya. Solemos verla más veces escrita como Goooooollll.
En este partido habían más de 40 mil personas, el 99% con su franela de la vinotinto. Fue un momento realmente bizarro, extraño, poco previsible, al menos para mi que suelo ver el futbol por TV, el presenciar un gol de Uruguay, por desgracia fueron cuatro.
Se vio un disparo e instantes después el balón tocó la red del arco de Venezuela, todo el estadio quedó atónito en absoluto silencio, estupefacto. En medio de aquel vacío inmenso que se formó en el ambiente, un jugador de Uruguay corría celebrando por la cancha, pero no se oía nada, sus compañeros le brincaban encima en medio de aquel silencio, luego saltaron del banco los suplentes de Uruguay y se sumaron a la celebración, parecía que alguien le había puesto MUTE al espectáculo. Definitivamente no parecía que se hubiera anotado un gol.
Ahora, analizando el caso, eso es realmente un gol? la explosión de celebración no es parte intrínsica del gol?, en ese partido Uruguay anotó 4, pero definitivamente no fueron 4 goles de esos que conocemos, son 4 de otra cosa... que aparentemente vale igual que un gol.

Hijo'e Puta

La afición de San Cristobal apenas entran al estadio se transforma en una máquina que le dice Hijo'e Puta a todo lo que le pase por delante, especialmente al equipo rival.
Cuando por los parlantes del estadio el presentador lee la alineación del equipo contrario, a coro le responden Hijo'e Puta a cada nombre. Cada vez que alguien cobra una falta a balón parado todo el estadio a coro Hijo'e Puta apenas patea. Particularmente insultado sale el portero contrario, a quien le toca su respectivo Hijo'e Puta al patear cada saque de meta.
Creo que en toda mi vida no había dicho Hijo'e Puta tantas veces como en esas dos horas.

Nada, a seguir apoyando a la vinotinto, que este proceso de mejora es lento y nos llevan casi un siglo de ventaja.